Uso correcto de la goma o cola sintética

La cola sintética, llamada también goma o pegamento, es uno de los materiales indispensables en el trabajo diario de los niños en el jardín de infancia.


No es tóxica, el tiempo de endurecimiento es largo y su olor es suave, por lo que no provoca ingerirla. Es un adhesivo ideal para papel y cartón, los materiales más utilizados en las distintas actividades y manualidades del jardín. Debido a que los niños no dominan habilidades que les permitan dosificar apropiadamente esta sustancia, es recomendable tener algunos temas presentes para lograr una actividad ordenada y lo más limpia posible en el salón.

Antes de iniciar un trabajo en el aula, es necesario tener listos todos los materiales que se utilizarán. De esta manera podremos concentrarnos en la labor de nuestros pequeños sin interrupciones que podrían provocar la manipulación y desperdicio de la goma.

No entregar a los niños el frasco de goma. En esta etapa aun no se da el dominio de la presión manual al punto de lograr la dosis suficiente. Los trabajos podrían estropearse antes de comenzar.

Una ves dadas las instrucciones, debemos verter la cola, en cantidades que consideremos suficientes para el ejercicio, en envases muy pequeños de plástico transparente, redondos o cuadrados, como tapitas de témpera, por ejemplo. En caso sea necesario, se repondrá el contenido.



Indicar a los niños que deben utilizar el dedo índice para mojarlo en la goma. Este es el dedo sobre el cual tienen mayor dominio. Supervisar que las porciones de goma que tomen no sean excesivas, pues podría chorrear sobre el trabajo, la mesa, la ropa y otros materiales.

Cuando la superficie sobre la que se realizará el pegado es grande, se recomienda que los niños unten primero la goma en toda la superficie y luego le agreguen, uno por uno, los trozos de papel a pegar sobre ella. Cuando la superficie es pequeña, pueden untar la goma sobre los trozos primero y a continuación pegarlos sobre la superficie.

Una vez terminada la tarea, les pedimos a los niños que dejen sus trabajos en un lugar despejado (la mesa, una esquina del aula). Luego viene la limpieza de las manos. Antes de archivarlos para su posterior evaluación, debemos esperar por lo menos de quince a veinte minutos para que sequen bien y no se peguen unos con otros.


Imagen: Colegio Alemán de Bilbao

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