Por qué enseñar a ver qué hora es en relojes de manecillas

Hace mucho que los relojes digitales comparten vitrinas con los relojes analógicos, haciendo más fácil la lectura de la hora al utilizar sólo números, lo que ha provocado que se cuestione su enseñanza con manecillas en los niños.



La tecnología digital está en todos los accesorios personales que usamos a diario y esa familiarización es mayor en los niños, que ven las agujas del reloj como un código anticuado y difícil de descifrar. En una sociedad en la que todo va más rápido y se exige rapidez, la hora analógica está perdiendo terreno.

Por otro lado, enseñar a los niños a ver la hora en el sistema analógico les permite desarrollar muchas habilidades. Pueden tener acceso a códigos de comunicación más elaborados para entender conceptos abstractos o nociones matemáticas como las fracciones, áreas, centros, secciones circulares y otras aplicaciones pedagógicas.






En un nivel superior, es un primer acercamiento al arte de la precisión mecánica, a la historia de la medición del tiempo y la valoración de las maravillas hechas a mano. Aunque es evidente la mayor dificultad de los relojes analógicos frente a la comprensión automática de la hora digital, esto mismo lo hace una manera eficaz de estimular la inteligencia en los niños.

Probablemente en el futuro los relojes analógicos o de manecillas terminen relegados a reinar en la relojería fina artesanal, mientras los relojes digitales dominen el mundo de las comunicaciones. Pero ambos juegan un papel importante en la sociedad y los niños deben tener la oportunidad de conocerlos y aprovecharlos según su utilidad.


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