Una visita al planetario

Pocas actividades logran maravillar tanto a los niños como una visita guiada al observatorio astronómico o planetario local. Una combinación de dimensiones colosales, colores y magia hacen que recorrer el planetario sea toda una experiencia de vida para los pequeños.



Todo empieza cuando la forma de platillo volador o cúpula del planetario despierta la curiosidad de los pequeños visitantes desde la ventana del bus escolar. Al llegar, un guía astronómico invita a todos a ingresar al primer ambiente, donde una exposición fotográfica recibe a los niños. Planetas, cometas y galaxias enfocadas a distancias fuera de nuestro entendimiento por inmensos telescopios reciben a los asombrados niños. Más allá nos sonríen personajes históricos de la astronáutica y la astronomía, de quienes el guía nos da un breve resumen sobre su vida y aportes.


A continuación, el museo. Una exposición de los más increíbles objetos de la historia de la astronomía con los que el hombre intentaba explicarse, medir y hasta dominar la inmensidad del universo. La exposición es apoyada por videos, audios o con una pequeña representación teatral dedicada a los niños por actores disfrazados de cuerpos celestes.





El postre se deja para el final: en medio del edificio está la gran sala de proyecciones; un espacio circular cubierto por una gran bóveda. Los niños se ubican en asientos dirigidos hacia el techo mientras los primeros acordes de una sinfonía, acompañados por una voz muy agradable, indican el inicio de una gran aventura cósmica.


Sobre los niños se proyectan la sucesión del día y la noche y el colorido infinito de las galaxias; la brillantez de los quásares y el misterio de los agujeros negros; y al final, perdido en un oscuro rincón del universo, un tímido y maravilloso gránulo azul llamado Tierra.


La película terminó, igual que la visita al planetario y ya es hora de regresar a la escuela. En el aula, las maestras reforzarán lo vivido con actividades y canciones y esa misma tarde los niños darán un espectáculo de entusiasmo en casa, contándole a mamá su experiencia con el universo; una experiencia que jamás olvidará.



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