Cómo logré que mi hijo acepte ponerse su disfraz

Años antes de tener a mi hijo asistí a varias fiestas de disfraces infantiles en casas y colegios. Nunca faltaba una mamá parada en medio del patio obligando a su hijo a que se pusiera el disfraz que le había tocado, pero que él no quería. Algunas llegaban a corretearlos por todo el lugar, con el pobre niño gritando, llorando o hasta haciéndose daño al caer.


Pero no hay por qué llegar a tanto. Cuando a mi pequeñín le tocó ponerse un difraz por primera vez fue para una actuación en el jardín de infancia. Tenía que hacer de conejito; y no hay conejito sin orejas, claro. Pero él no quería ponérselas. Recordé entonces todas a todas las mamás que había visto antes. No iba a cometer el mismo error y acepté dejarlo sin orejas de conejito... por esa vez.


Decidí entonces buscar otras formas para que los niños no sólo quieran ponerse su disfraz, sino que te lo exijan. Entre los muchos consejos que recibí, estos son los que más atesoro y que me han dado mejores resultados... luego del famoso conejito!
  • Cuida que el disfraz esté de acuerdo con la estación del año. Un bikini no va en invierno ni un disfraz entero de lona en verano. Si es el difraz que le toca, pues que tenga una maya transparente debajo de las ropas ligeras cuando haga frío o que los enterizos sean de lino o algodón cuando haga calor.
  • Conversa sobre otras opciones con la profesora de tu hijo. Ella te podrá guiar sobre tiendas, materiales y diseños.
  • Que tu hijo intervenga en la elección del disfraz. Ponle a la vista unas pocas opciones y que él decida. Ayúdalo a que haga la mejor decisión, pero que sienta que él la tomó. Puedes hasta dejarlo que le haga alguna variación al disfraz. Mejor aún: haz el disfraz con él en casa.
  • Muchos disfraces incluyen gorras o capuchas. Si sabes que tu hijo no las soporta, una alternativa puede ser las orejas pegadas en una vincha; o si es un superhéroe, unos lentes oscuros, reales o pintados. Una especialista en caritas pintadas también puede ser de gran ayuda.
  • No cometas el gran error de ponerle un disfraz que no vaya con su edad. Dificil será que tu hijo de siete u ocho años te acepte un disfraz del mono Botas!
  • El rechazo al disfraz puede ocultar un rechazo a actuar en público o a alejarse de tí. Antes del evento, explícale lo que va a pasar, que tú vas a estar frente a él tomándole fotos junto con todas las mamás. Indícale también que su profesora es la que dirigirá a los niños porque es una actividad del colegio.
  • Si se trata de disfraces de Halloween, busca un disfraz de lo que más le guste a él. No por ser Halloween tiene necesariamente que ser un disfraz de bruja o vampiro o cualquier otro monstruo. Puede ser un personaje de su serie de televisión, de su juego o su juguete favorito.
  •  Muchos niños prefieren los disfraces con accesorios. Por ejemplo, una varita mágica para las niñas o una espada luminosa para los niños. Luego los olvidarán fácilmente por los dulces, pero te habrá servido para que acepten el disfraz.
  • Busca proveedores de calidad para que los disfraces sean cómodos, frescos y de buen acabado. Trata de evitar los de material sintético, especialmente en el caso de las niñas.
  • Descubre si tu hijo se siente a gusto en las fiestas de disfraces. Observa su actitud. Detecta en que tipo de fiestas se siente más a gusto (las familiares, con amigos, en el colegio, en un local o en una casa, con  o sin música o animadoras) y trata de que asista más a éstas en las próximas ocasiones.
  • Y por último: si no quiere un disfraz, no se lo pongas a la fuerza!!. Así sólo lograrás que odie las fiestas de disfraces y que tu calvario se repita todos los años.


Comentarios