Problemas con los problemas: cómo encarar las dificultades de tu hijo en matemáticas

Cuando pensamos en las matemáticas las relacionamos inmediatamente con algo complicado y difícil, tedioso e incomprensible. Esa misma actitud es la que aprenden nuestros hijos frente al ogro de las matemáticas, cuando es lo único que escuchan de ellas.


Pero los problemas con las matemáticas tienen muchas otras causas posibles. Pueden darse cuando existe una mala metodología del profesor, cuando se prefiere seguir al libro y no ir al ritmo del niño o cuando hay un proceso de readaptación del niño al cambiarse de colegio.

¿Cómo afrontar esto entonces?

Lo primero que debes tener en cuenta como padre de familia es que los miedos que tienes de que tu hijo no pase de año por culpa de las matemáticas son los mismos miedos, aumentados, que siente él frente a esta posibilidad. Por eso es necesario tomar en cuenta algunas recomendaciones para afrontar y resolver el problema con mucha comunicación y paciencia.





  • No satanices las matemáticas frente a tu hijo.
  • Pide una cita con el profesor de matemática para saber más de sus procedimientos, pautas de evaluación, objetivos anuales, etc.
  • Nunca compares a tus hijos como el que sabe más y menos de matemática.
  • Aplica matemáticas simples en tu rutina diaria; al salir de compras por ejemplo.
  • Enseña a tu hijo a separar los problemas en frases cortas. Así podrá desglosarlo y asimilarlo mentalmente con mayor facilidad.
  • No presiones a tu hijo por avanzar más rápido en sus lecciones.
  • Si lo supervisas en sus tareas, no te desesperes cuando no entiende algo que para ti es obvio o evidente, pero para él no. Tus nervios e impaciencia lo bloquearán aun más.
  • Solicitar un informe del centro educativo sobre el rendimiento de los alumnos en ese curso.
  • Los talleres externos no deberán tomarse para que aprenda a hacer las tareas, sino para mejorar sus capacidades y habilidades lógicas.
  • Si es necesario, buscar ayuda especializada; los casos de déficit de atención son una muy buena razón.
Imagen: ThoughtMatters.

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