Polisomnografía: para saber por qué tu hijo no duerme bien

La polisomnografía o estudio de sueño es una de las pruebas que se realizan para descubrir las razones por las que un niño tiene desórdenes al dormir, problemas en conciliar el sueño o para llegar al sueño profundo.


Los desórdenes en el sueño suelen ser causados por la ansiedad, el ruido, el desorden en la rutina diaria, los cambios que afecten emocionalmente al niño o los malos hábitos alimenticios. Pero también se pueden dar casos en los que se sospecha de apnea o incluso hasta de epilepsia y que requieren un mejor estudio.

Procedimiento

La polisomnografía consiste en estudiar el comportamiento de tu hijo, de su cerebro y de su cuerpo durante las horas de sueño. Para la prueba se aplican electrodos adheridos en cabeza, cara y cuerpo que recibirán las señales corporales. Además, especialistas velarán el sueño de tu hijo registrando y documentando todos los cambios que se den. Generalmente se realizan haciéndolo coincidir con el horario de sueño nocturno de tu hijo.






Qué es lo que mide

Una vez que se tienen datos como la edad, sexo y Estadío de Tanner correspondientes, entre los aspectos que se miden durante la aplicación de la polisomnografía en el sueño están:
  • Frecuencia cardíaca.
  • Actividad cerebral.
  • Movimientos del cuerpo.
  • Posiciones que adopta el niño.
  • Movimiento de los ojos.
  • Niveles de oxígeno.
  • Ronquidos.
  • Apnea o suspensión momentánea de la respiración.
  • Frecuencia respiratoria.


Utilidad de la prueba

Los resultados de la polisomnografía en tu hijo le permitirá al médico contar con información adicional muy valiosa que le permitirá entender mejor las causas del problema y dar una solución más efectiva para resolverlo. Este procedimiento no tiene efectos secundarios, consecuencias negativas ni riesgos para tu hijo. No se conoce un test alternativo que provea el tipo de información que la polisomnografía brinda.



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