Cómo manejar los comentarios embarazosos de nuestros hijos

En un artículo anterior conversamos sobre las frases más ocurrentes y graciosas de nuestros hijos. Anécdotas inolvidables que marcarán tus recuerdos de su infancia. Pero cuando estás frases se hacen indiscretas e inoportunas, es necesario saber cómo manejarlas.


"Mamá: ¿por qué ese señor es tan gordo?"

Podría ser una pregunta fácil de responder, si no fuera porque "ese señor" está en el mismo ascensor que tú y tu hijo. Más aún si tu hijo pusiera esta "cereza" sobre el helado: "....¿está embarazado?"

Y es que la naturalidad con que los niños hacen estas y otras ocurrencias se debe a su desarrollado sentido de observación y su necesidad de expresar en voz alta su asombro o extrañeza sobre todo lo que le rodea y sucede; es parte de su desarrollo.

Cuando nuestros hijos hacen estas observaciones en el momento y lugar menos oportunos tememos que los demás piensen que no los podemos controlar. Y es cierto; no podemos controlar lo que digan nuestros hijos, pero si podemos influir en su conducta y actitudes.





"Mamá este taxi huele feo, no?

Lo primero que tenemos que recordar es que somos su ejemplo. Ellos se comportarán como nosotros lo hagamos. Antes de fijarte en su comportamiento, revisa cómo te expresas tú de la vecina o de la amiga del trabajo. No lo harás frente a tu hijo, ¿verdad?

Cuando aparezca una ocurrencia embarazosa, trata el tema con naturalidad, sin exigirle que pida disculpas al tío por decirle que tiene "la nariz de un cohete", pues su intención no ha sido insultar a la persona sino satisfacer una duda.

Luego habla con él sin severidad, recomendándole, por ejemplo, que cuando tenga un comentario sobre la apariencia de alguien mejor "me lo dices al oído para que la persona no se sienta mal."

En realidad lo más probable es que las personas no se sientan mal, sino todo lo contrario: aliviadas de que no sean sus hijos los que están haciéndoles pasar por aquel papelón. Incluso habrá muchas personas que reaccionarán con sentido del humor a estas situaciones, producto de la más pura inocencia de un niño.

- "Papá, por qué ese señor es tan alto?
- "Es que cuando yo era niño comía toda mi comida."

Recuerda entonces que en aquellas situaciones embarazosas difícilmente habrá en tu hijo la intención de insultar, y por lo tanto ninguna necesidad de castigarlo ni llamarle la atención. Todo se resuelve conversando.


Imagen: Leonid Mamchenkov en Flickr.


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