Continuidad y pertenencia familiar: retrato del árbol genealógico

El árbol genealógico o árbol familiar es una manera muy efectiva de ayudar a los niños a entender de donde vienen y la relación o vínculo que tienen con otras personas, para así empezar a armar el concepto de pertenencia social y familiar desde pequeños.


Fortaleciendo las ramas

La idea de familia es uno de los conceptos más importantes y que requiere de mucho reforzamiento, sobre todo hoy en día en que sufre de confusión y problemas, aislamientos y violencia.

Con el árbol genealógico, los niños empezarán a entender que hay muchas otras personas con las que comparten una historia, que de no ser por ellas no existirían y cuyo apoyo y cariño los ayudan a seguir adelante. También les ayudará a organizar la estructura familiar y tener conciencia de su ubicación en ella.

Pero al mismo tiempo, este ejercicio puede ser útil también para los papás y abuelos, para tomar conciencia de la importancia que tienen en la crianza de sus hijos, sus responsabilidades como progenitores y en dejarles un legado de vida ejemplar.


Creando en familia

Todos tenemos la idea de que hacer un árbol genealógico es un trabajo tedioso, difícil de completar. Eso es cierto en los verdaderos, que implican mucha investigación. Pero en esta oportunidad solo es necesario avanzar unas pocas ramas. Bastará con llegar a los bisabuelos, pero si tienes información anterior a la mano, también puedes incluirla; aunque corres el riesgo de hacerlo todo más confuso, por la cantidad de datos.





Antes de dibujarlo, traza un esquema en borrador con tu hijo. Empieza colocando su nombre en la parte más baja de una hoja en posición horizontal. Luego trazas dos líneas hacia arriba donde van los padres, que a su vez tendrás los suyos, y así sucesivamente.

Puede que tengas problemas para saber los nombres completos de los parientes más antiguos, pero no es necesario incluirlos. Bastará con los datos disponibles o que puedas conseguir fácilmente. En algunos casos es posible encontrar fotos antiguas de los bisabuelos, pero si no es así no te preocupes, pueden dibujarlos.

Aprovecha estos momentos para contarle a tu hijo algo de la vida de un pariente lejano o que a tu hijo le haya llamado la atención. Te sorprenderás, no solo de su interés por saber de sus antepasados, sino del tuyo por averiguar más. No sería raro que luego de realizar esta actividad con tu hijo, termines conversando con el abuelo sobre la vida de sus padres.

Una vez que tengas el boceto completo, tu hijo podrá pasarlo a otra hoja y decorarlo con hojas de verdad, escarcha, tronco con palitos de madera o como el lo prefiera. Luego, peguen el diagrama sobre un cartón y cuélguenlo en el ambiente de la casa que elijan. Será un bonito retrato de familia.

Imagen secundaria: Educima.

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