Mejor promover que imponer: ¿qué te gustaría ser de grande?

Al preguntarle a un niño pequeño qué le gustaría ser del grande, lo más probable es que quiera ser bombero, policía o doctor. Pero cuando responde "A mi mamá le gustaría que yo sea...", entonces algo puede andar mal. ¿Cómo saber si lo estamos alentando u obligando?


Puede que lo descubramos haciendo un lindo dibujo y lo veamos artista, o realizando construcciones imposibles con sus bloques para armar y lo creamos un exitoso arquitecto.  

Todos queremos que nuestros hijos tengan un futuro provechoso, lleno de logros y bienestar. Pero a veces nos apresuramos y en nuestro afán por fortalecer sus habilidades, terminamos descuidando otos aspectos más importantes en sus vidas.

El niño debe vivir su niñez

Cada vez se reconoce más la importancia del juego y la libertad en la promoción de la creatividad y el desarrollo integral de los niños durante sus primeros años de vida. Incluso en países como Finlandia, modelo de desarrollo educativo, la educación es voluntaria antes de los siete años.

Y es que los niños necesitan ser niños para desarrollar al máximo todo su potencial. Al imponerles rutinas duras y estrictas podemos estar asegurando exactamente lo contrario de lo que buscamos.

Evita el encasillamiento

Por eso, si piensas que tu hijo tienes manos largas y podría ser un gran pianista, inscríbelo en un curso de piano, pero sin que esto se convierta en una especie de preparatoria.

Existen talleres para todo tipo de habilidades plásticas, musicales, deportivas e intelectuales. A veces los niños huyen de estos cursos, pero se puede disponer de estímulos en casa, espacios para pintar si tiene habilidades plásticas, juegos de ingenio o de acertijos para habilidades intelectuales.





Si tu hijo muestra inclinación por la naturaleza, tienes los parques y las excursiones al campo. Si le gusta la natación o el fútbol, hay locales de esparcimiento para elegir.

Si le gusta la lectura, pon a su alcance libros de cuentos de acuerdo a su edad y que tengan que ver con los temas que más le gustan.

Si tiene dotes y vocación para el baile o el canto, consíguele videos de danza o un equipo de karaoke.

El talento no se extrae, fluye

Debes tener en cuenta que, con el tiempo, muchos talentos terminan siendo hobbies para dejar paso a la vocación verdadera. Los intereses y gustos también pueden cambiar rápidamente de la flauta al karate, de las ciencias a la narrativa, de los juegos de construcción a los partidos de fútbol en el parque.

Debes dejar que la vida de tu hijo fluya naturalmente. No fuerces a que se enfoque y domine una habilidad en especial, pues podría perder la oportunidad de conocer la que será su fortaleza y con la que se sentirá pleno y realizado como persona.

Lo más triste es que perdería su niñez, tan corta y a la vez tan decisiva.

Dale alegría; dale tiempo.


Imagen: Wikipedia.

Comentarios