A qué edad deben ir a dormir solos los niños

Son las ocho y media de la noche, es hora de dormir. Tu hijo ya se lavó los dientes, se puso la pijama y está listo para que le leas un cuento en la cama. ¿Qué sucede después?


Llevar a dormir a los hijos es uno de los momentos más entrañables, una oportunidad de compartir tiempo de calidad, abrazos y narraciones. Pero, ¿hasta cuándo es recomendable continuar con este hábito? Al dejar de hacerlo, ¿cuáles son lo efectos en el niño?

Del moisés a la cuna


Recordemos cómo fue que empezó todo. Al principio, en sus primeras semanas de vida, tu bebé dormía a tu lado en su moisés, así estabas cerca de él para alimentarlo y vigilarlo, Luego, a los 5 o seis meses lo pasaste a su propio dormitorio, a su propia cuna. Se dormía y tú te retirabas. Si había algún problema en la noche, acudías a ver qué pasaba.

Qué pasó después


Tu hijo se hizo grande y comenzaste a llevarlo a dormir, arroparlo, conversar y leerle cuentos en la cama. Pero a partir de aquí, luego de leer la moraleja, decidiste acompañarlo un poquito más, hasta que se durmiera.

A veces, podías salir de su habitación sin problemas, para terminar de revisar las cosas que necesitabas para el trabajo, o limpiar la casa o cocinar la lonchera del día siguiente de los chicos, o ver las noticias. Pero otras veces no podías porque tu hijo te rogaba que lo abraces un poco más. Imposible negarse. Los años pasaron y se hizo cada vez más difícil dar el siguiente paso. 

Probablemente a estas alturas ya hayas caído en la cuenta de que más temprano que tarde deberás dejar que tu hijo duerma solo. ¿Pero es él quien aún no está listo para hacerlo, o tú?

¿Como en las películas?


Seguramente has visto ya en muchas ocasiones la típica escena en la que el niño se acuesta solo, los papás se despiden sonrientes desde la puerta y apagan la luz. ¿Es esto lo correcto?





Ten en cuenta que en esas películas no se ve a papá o a mamá leyéndole un cuento a su hijo, arropándolo o conversando con él sobre cómo le fue en el día, dándole consejos o compartiendo confidencias. esto cuenta en la vida de un niño, y mucho.

De lo bueno poco, pero a cada rato


Pocas cosas son tan valiosas para un niño como pasar tiempo con sus padres, especialmente hoy en día, cuando lo que menos abunda es precisamente el tiempo. 

Cada momento en compañía de papá o mamá permite reforzar la estabilidad emocional y afectiva del pequeño. Debes tener muy en cuenta esto cada vez que sea la hora de dormir, porque en el futuro te podrías arrepentir de no haberlo aprovechado para estar más tiempo con tu hijo.

Un tema de madurez


Dejarlo dormir solo también tiene sus ventajas. Le permitirá seguir con su desarrollo personal y su proceso hacia la autonomía. Cuanto más te demores en tomar la decisión de que tu hijo duerma solo, más estarás postergando el desarrollo de sus habilidades para valerse por sí mismo.

Cómo saber si ya es hora de dejarlo dormir solo


Todo tiene su momento, es la verdad. Y con mayor razón cuando se trata de ayudar a que tu hijo continúe creciendo, sin que por ello debas apresurarlo. Si ya sientes que debes dejar que tu hijo se duerma solo, piensa primero en cómo podría tomarlo él, cuánto tiempo vienes haciéndolo, cuál es la actitud de tu hijo, se siente cómodo o por el contrario, algo impaciente, etc.

De qué maneras dejarlo dormir solo sin que lo afecte demasiado


No dudes en conversar con él sobre el tema, si es que le gustaría que lo dejes dormir solo. Dependiendo de su respuesta y prediposición, pueden empezar a hacerlo de manera gradual, tal vez quedándote solo diez minutos después del cuento, luego haciéndolo más constante.

Incluso llegará el momento en que ya no quiera que le cuentes cuentos. Este es un momento muy doloroso, pero inevitable, pues nos damos cuenta que nuestros hijos están en camino de dejar de ser niños. Sin embargo, debes dejarlo fluir.

Cuando te despidas, siempre hazlo con muestras de cariño, un beso, un abrazo. No le digas "adiós", o "me voy", dile "hasta mañana", "que duermas bien", "nos vemos mañana". Así visualizará tu presencia al día siguiente, más que tu ausencia en ese momento.

Al final, ni todos los niños ni todos los padres son iguales. por eso no te hemos indicado edades, ni género como elementos que debas tener en cuenta, más que el desarrollo emocional de tu hijo. Verlos crecer y reír es un sueño hecho realidad. Déjalo que aprenda a soñar por sí mismo.

Comentarios