Cosas que atraen a los niños por su maravillosa simplicidad

"La felicidad está en las cosas simples de la vida" ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Y sin embargo, nada más cierto. Quienes lo disfrutan al máximo son los niños; donde quiera que estén siempre hay algo que los maravilla. Por más simple que pueda resultar para nosotros, para ellos es un caleidoscopio de misterios y sorpresas.


En el parque


Los jardines abiertos son lugares maravillosos para pasar un buen momento con tu hijo. Entre las cosas más atractivas para un niño en el parque están al hojas secas, los bichitos bolita y los dientes de león. Pueden pasarse horas haciendo crujir las hojas, viendo caminar a los bichitos bolita o soplando las semillas del diente de león para verlas volar.

En casa


Hay cosas en casa que un niño puede encontrar mucho más divertidas que sus juguetes. Los cojines de la sala, por ejemplo. Que no te extrañe llegar un día a casa y encontrar que tu pequeño travieso ha construido un chalet de cojines sobre la alfombra, o que se hizo su cama de agua y no para de rodar en ella. 

Eso sí, nada de guerritas de cojines en la sala... ¡mejor que estalle en su dormitorio!

En el mercado


Cuando vayas de compras con tu hijo, descubrirás la curiosidad que le causa la zona de los pescados. Ver a la casera trozarlos a punta de machete sobre una tabla de madera lo dejará asombrado.





Si hay un puesto de jugos de fruta en el mercado, no despegará sus ojos de los trozos de frutas surtidas que caen en el vaso de la licuadora, para luego verlos transformarse en una delicia rosada que después es colada y servida en su vaso.

En casa de la abuelita


Cuando van de visita a la casa de la abuelita, los niños se sienten viajando al pasado. En algunas habitaciones pueden encontrar cofres repletos de adornos y collares de antaño, máquinas de cocer a pedal y de puro fierro, dedales y mantitas tejidas  a crochet.

Pero hay cada vez más abuelitas modernas, así que no te extrañe si tu hijo se desvive por que llegue el domingo para visitar a la abue... ¡y usar su iPhone!

En la calle


A veces, tu hijo puede sentirse aburrido al acompañarte al banco o a hacer alguna gestión. A veces, hay que caminar por una ruidosa calle y hasta chocar con olores extraños. 

Pero si en la ruta se le aparece un payasito haciendo pompas de jabón, o una estatua viviente, o un músico ambulante, no habrá quien lo mueva hasta que lo haga la estatua (¡dile que le tiene que depositar una moneda en la lata!), hasta que se acabe el jabón o hasta que el ambulante se vaya con su música a otra parte.

Sean cuales sean las cosas sencillas de la vida cotidiana que atraigan a tu hijo, permítele siempre experimentarlas a plenitud. Estos recuerdos son los que más atesoramos todos de nuestra niñez; ellos también tienen derecho a memorias que los respalden en el futuro.

Imagen: MaxPixel


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