Eran estos dos amigos: Torombolo y Tarambana.
Dos amigos distraídos que sólo querían jugar.
Salían a la calle, Torombolo y Tarambana
a saltar sobre las cercas, a romper todas las ramas, a ulular como ambulancias,
sin oir consejos, sin mayor prudencia.
¿Qué sucede Torombolo y Tarambana?
¿Por qué tanto descuido, tanto ruido, tanta alarma?
¿Es que no entienden, inquietos niños, que queremos vivir en calma?
Pero no escuchaban, Torombolo y Tarambana,
hasta que un lugar abandonado exploraron.
Se internaron muy curiosos, sin pensarlo, en una zanja.
Y cayeron resbalando hasta el fondo de esa trampa.
Los amigos asustados muy fuerte gritaron
esperando un caminante que avisara a la autoridad.
Pero era un lugar solitario y esperaron...
y esperaron y esperaron... y esperaron mucho más.
Hasta que después de mucho tiempo un ciclista los halló
resfriados, muy hambrientos y a los bomberos avisó.
Torombolo y Tarambana sanaron rodilla y ceja,
satisfechos y agradecidos aprendieron la moraleja.
Importante es respetar y atender a los demás,
pues cuando eso mismo esperes su ayuda apreciarás.
son cuentos no rimas pero igual esta chebre
ResponderBorrar