Son las siete y treinta de la mañana. La movilidad escolar ya vino por mi hijo, y mi hija ya terminó su desayuno. Después de algunas piruetas, finalmente acepta lavarse los dientes. Pero cuando le digo que aún estamos a tiempo para coger el autobús más nuevo de todos, corre a abrir la puerta de la calle.
Para ella, ir en autobús al jardín de infancia es una nueva aventura todos los días. Caminar al paradero o terminal, subir al bús y llegar a la escuela; cada momento tienen su propio encanto, genera las preguntas más imaginativas y los comentarios más sorprendentes.
Decidí llevar a mi hija en autobús al jardín al iniciar el año. Al principio tenía dudas de que podría aguantarlo pensando en el esfuerzo, el tráfico y los amontonamientos de gente en las horas punta. Pero luego me di cuenta de que no era tanto así, y como ella terminé disfrutándolo. Estas son algunas de las ventajas que encontré en los autobuses:
- Es una opción más económica que la movilidad escolar.
- Muchos colegios no cuentan con buses escolares propios.
- Ideal cuando tienes auto pero los horarios no permiten usarlo para llevar a todos.
- Puedes aprovechar esos momentos para reforzar tu relación con tu hijo, conversando y escuchándolo con mayor atención y tranquilidad, sin estar pensando en el tráfico.
- No hay que temer que un buen día el auto no quiera encender en el garaje, oportunísimos pinchados de llanta o el estrés por conducir.
- No te preocupas por encontrar un lugar para estacionar cerca del jardín o colegio, por falta de espacio o porque los otros padres de familia llenan las calles con sus autos.
Si también eres de las mamás o papás que piensan llevar a su hijo en autobús creo que, de las muchas cosas que descubrí y aprendí durante estos meses, puedo aconsejarte sobre algunas.
Antes de tomar la decisión
- Conoce las rutas que pasan más cerca de tu casa, las que llegan más cerca al jardín o colegio de tu hijo y que tengan los autobuses en mejores condiciones (pasamanos, limpieza, seguridad, asientos reservados, ruido).
- No es recomendable cuando los niños son menores de 4 años.
- Introduce el tema cuando converses con tu hijo para descubrir su disposición, hablándole de los colores, luces y otras características atractivas de los buses. Apela a su fantasía y esperará la salida con alegría.
- No elijas las líneas que necesiten de transbordo. Un solo viaje es mejor.
- Días antes recorre la ruta sola, observando como se comportan los choferes, cómo conducen y se dirigen a la gente. Lo que veas lo verá tu hijo.
- Descubre las cosas interesantes que hay en el camino y que crees podrían interesar a tu hijo. Esto lo distraerá haciendole el viaje más corto y evitará que se aburra e incomode.
Cogiendo un asiento cerca de la puerta. |
En la ruta
- Espera que esté totalmente detenido para subir y bajar del autobús.
- Muchos tienen los escalones elevados, por lo que es mejor cargar a tu hijo.
- Cuida de no llevar más que lo necesario, es decir, su mochila y lonchera (dentro de la mochila). Cuando debas llevar paquetes o bolsas adicionales es mejor tomar un taxi.
- Busca siempre el asiento más cercano a la puerta, que generalmente está reservado.
- No le des a tu hijo a que cargue con ningún peso.
- Cuida que los envases con líquidos vayan herméticamente cerrados y siempre de pie en la lonchera.
- Los asientos con ventana son mejores, para que tu hijo se entretenga con la vista y para evitar molestias al paso de los pasajeros por el corredor.
- Alístate con tiempo para bajar; mínimo una calle antes de llegar al paradero.
- Caminando a los paraderos y destinos elige las calles con menos cruces y en línea recta. Respeta señales de tránsito y mantente alerta de los autos.
- Evita que tu hijo se duerma en el bus, estimulándolo a que converse. Esto se da más seguido al regresar a casa. Por experiencia debes saber que será más difícil cargarlo.
En casa
- Observa si con el tiempo tu hijo muestra poca disposición a salir, demuestra hartazgo al llegar a casa o te pide ir en auto o taxi. Puede que el ritmo sea muy duro para él.
- Permítele que se tome una breve siesta al llegar a casa.
- Que exprese en dibujos o de otras formas lo que siente al ir a la escuela en bus.
- Comenta de manera casual sobre alguna anécdota que haya sucedido durante el viaje.
Sin embargo, para reducir un poco el agotamiento durante la semana, confieso que recurrí a algunos trucos adicionales que me resultaron muy bien.
Como te comenté al principio, mi hija tiene su hermanito mayor, que va en movilidad escolar a su colegio. A él también lo voy a buscar con mi hija para regresar los tres en autobús. (Y viéndolo bien, un caso extremo el mío!). La semana se distribuye así:
Lunes y martes: la llevo a mi hija al jardín y los recojo a los dos en autobús. Miércoles: toca almuerzo donde la abuelita, así que puedo recoger a mi hija y a su hermanito por separado. El día jueves es mi "día de descanso", así que los tres regresamos a casa en taxi. Y el viernes, los abuelitos recogen a sus nietos de la escuela y los llevan a su casa a almorzar y pasar la tarde.
Como ves, con un poco de imaginación sí es posible incluir el autobús en la rutina de tus hijos y con el apoyo de la familia puedes hacerlo aún más llevadero y agradable para ti y tus pequeños. Puedo decir además, que en mi caso ha sido una oportunidad para compartir otra rica experiencia con los míos.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Comenta aquí!