¿Debemos perdonar y pedir perdón a nuestros hijos?

Ante una travesura de tu hijo se te presentan muchas opciones para reaccionar como madre o padre, desde la indiferencia hasta el castigo. Pero, ¿y después, qué? A veces nos olvidamos de que parte de nuestro papel como padres es enseñarles a perdonar y a reconocer nuestros errores.


¿Suena difìcil, verdad?. Pero puede que ya no tanto como antes. En el pasado (y hoy en algunas culturas más estrictas) la educación del niño estaba basada en la corrección a través del castigo desde una figura paternal autoritaria y distante. Ahora, las relaciones entre padres e hijos han cambiado mucho, haciéndose menos verticales e incluyendo la noción del ejemplo positivo y el diálogo.

Desde este nuevo enfoque, es más fácil incluir el perdón entre los valores con que criamos a nuestros hijos. Te preguntarás que tan recomendable es hacerlo así. Para explicarlo mejor, dividamos el perdón en dos partes: darlo y pedirlo.

Perdonar

Si queremos que nuestros hijos sean solidarios, sociables y genuinamente queridos, debemos empezar por enseñarles a perdonar con el ejemplo. Se sabe el gran daño que produce el alimentar la ira, el rencor, el resentimiento y el egoísmo en el alma, sin dejarlos ir. Hay evidencias incluso de los efectos que provocan en el sistema inmune, gastritis, asma, colon irritable y hasta afecciones en la piel. ¿Has notado alguno de estos síntomas en ti? Si así fuera, te gustaría que los padezca tu hijo?

Luego de un mal comportamiento viene la reprimenda, la explicación de por qué lo que hizo está mal y un castigo que no sea abuso psicológico ni físico; está demostrado hasta la saciedad que eso ya no funciona. Pero después de esto debe venir la conversación final, el diálogo, el abrazo sincero y con toda el alma.

Así tu hijo tendrá claro que esto fue un episodio con un inicio y un final, que tu enojo se debió a su mal comportamiento y no a él mismo, y que no estarás enojado eternamente con él.





Pedir perdón

Esperamos que sean los niños los que pidan perdón a los adultos. ¿Lo hicimos nosotros? ¿Lo hacemos ahora?

Pedir perdón no es una señal de debilidad, sino más bien de grandeza. Si deseas que tu hijo se imponga por la fuerza al más débil, que sea injusto y cruel y que no sea compasivo ni reflexivo, pues la mejor manera de hacerlo es nunca pedirle perdón por tus errores.

Pedir perdón le enseñará lo bueno que es reconocer los errores propios y hacer lo posible por aliviarlos. Sin embargo, para eso hay que saber primero reconocer cuando nos equivocamos. ¿Quién no ha estallado alguna vez ante una supuesta travesura, sin tomarse el tiempo de escuchar  a nuestros hijos para saber realmente qué ocurrió? Luego nos lamentamos, pero sin atrevernos a pedirles perdón. El dolor lo guardaremos dentro y eso nos harán mal, a ambos.

Al pedir perdón a tu hijo aliviarás el daño que puedas haber causado al acusarlo injustamente, elevarás su autoestima y estarás contribuyendo a hacer de él un ser humano más justo y comprensivo.

Así tu hijo aprenderá que no eres infalible, que eres un ser humano y cercano. Entonces podrá confiarte sus problemas, buscar tu ayuda y valorar tus consejos.


Imagen: DVIDSHUB en Flickr.


Comentarios

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  1. Gracias Dios mio por darme esa paciencia de dia a dia, Matias todos hemos pasado por tu edad bb, son travesuras qe pasan, te perdono por que quiero que tambien aprendas a perdonar no podemos vivir con esa colera por cosas materiales, solo dedicate a estudiar que del resto me encargo yo, los amo con todo mi corazon MATILU!!!

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