Los villancicos navideños y los tremendos errores que ocultan

Los villancicos navideños son bellísimas composiciones llenas de hermosos mensajes de amor, milagros y bendiciones sin las cuales sentiríamos un gran vacío en las navidades de hoy. Sus canciones hoy llegan a todos los rincones del mundo de habla hispana. Pero, ¿nos hemos detenido a escuchar de qué nos hablan exactamente los villancicos?

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Breve historia del villancico


Contra lo que podamos creer, este género no nació como una necesidad de expresar fervor religioso, Eran cancioncillas compuestas con estrofas y coplas que se comenzaron  entonar desde los siglos XV y XVI en pequeñas villas españolas, tiempos en lo que se hicieron populares rápidamente. Luego se transformaron en canciones relacionadas con la navidad.

Los villancicos navideños tienen una fuerte influencia mozárabe que se nota en las panderetas que siempre los acompañan y en el ritmo de sus versos. Es una composición musical muy flexible, un género muy particular y atractivo.

Pero parece que mucho del proceso de creación de un villancico original, es decir pagano, se notó en lo nuevos cantos navideños, de tal forma que sin querer se cometieron algunas fallas.

Para saber qué tan grave es el problema, buscamos entre los villancicos navideños más conocidos algún detalle que no se ajuste a lo que podríamos relacionar con expresión religiosa, precisión histórica y hasta corrección en la construcción semántica y gramatical de los versos y estrofas, considerando incluso licencias poéticas. Estos son los cinco ejemplos que hallamos:


1. Sopa le dieron al niño


En un parte de la letra de esta canción popular de navidad, se puede escuchar la siguiente frase:

“Pero mira como beben, los peces en el río”

Pues resulta que los peces no beben agua, si con beber quisieron referirse a pasarla y digerirla. Los peces absorben el agua a través de sus agallas y le extraen el oxigeno, para luego expulsarla.

En el mismo villancico de navidad, se cuenta cómo la virgen maría se alisa el pelo con...

“el peine de plata fina”

Es difícil imaginar a la madre de Jesús en plena huida del peligro y sin más pertenencias que aquello que pueda cargar un burro para dos personas, peinándose con un finísimo peine de plata.

Por otro lado, una e las enseñanzas más importantes de la fe católica es la valoración de la humildad, la sencillez y la austeridad como virtudes. Esta parte de la canción desvirtúa la enseñanza que la religión predica. 

Lo mismo sucede cuando se hacen cáliz de oro, cuando lo más probable es que el que usara Jesús en la última cena fuese de un material mucho más modesto.

2. Ande la marimorena


En un párrafo de esta tradicional canción navideña se asume que María estaba dedicada al negocio de las masas:

“Y si quieres comprar pan más blanco que la azucena/

en el portal de Belén la Virgen es panadera “

No hay referencia alguna en la Biblia, sobre qué actividad era la que realizaba María en aquellos tiempos. Sin embargo es muy probable que desde muy joven apoyara en las labores de la casa que incluían la preparación de la comida. Resultaría interesante saber cómo y con qué intensión se asumió esto y se introdujo en el villancico. Realmente todo un misterio.

Pero este no es el único caso en el que se relaciona a María con los panes. En el villancico "Zúmbale al pandero" también se dice lo mismo:

“La virgen es panadera/

y San José carpintero"

En este caso, se pone la supuesta labor de María al mismo nivel que la profesión del padrastro de Jesús, que si se puede encontrar en la Biblia. Con esto se busca dar legitimidad al hecho y puede que esa sea la razón por la que nadie la haya cuestionado.





Si seguimos andando con la Marimorena, vemos que estrofas abajo aparece una frase que puede confundir, especialmente a los niños más despiertos.

“Un pastor comiendo sopas en el aire divisó/

un ángel que le decía ha nacido el Redentor “

¿La sopa se come o se toma? Algunos dicen que esto dependerá de lo que contenga.

En ese caso, si pensamos en los niveles de pobreza en que vivían los pastores en aquella época, es difícil imaginar una sopa con suficientes ingredientes sólidos como para decir que se comía.

3. Navidad, navidad, blanca navidad


Aquí ya nos pusimos un poco exquisitos, y lo reconocemos. Pero te invitamos a repasar esta parte de la canción para te fijes si algo no te suena bien:

"no hay canción más bella / como tu canción."

Era cosa de cambiar una sola palabra, ¿no te parece? El "más" reemplazarlo por el "tan", eso era todo. Pero la aprendimos así como está, y nadie se ha preocupado en señalar el error ni resolverlo.

4. Canta, ríe, bebe


Encontramos este villancico navideño tradicional más relacionado con una fiesta popular en total descontrol que con la fecha más importante del calendario católico. 

Confesamos que lo hemos cantado felices de la vida de pequeños. Probablemente no nos sabíamos todas las estrofas y es por eso que hoy, al revisar la letra entera, nos quedamos con la boca abierta, no solo con el título más propio de un taberna de los tiempos de Dulcinea, sino también ante estos versos:

“Dale a la zambomba, dale a la sartén

Y dale al tendero un tiro en la sien”

Queremos creer que algún compositor bromista quiso infiltrar aquí un llamado a la violencia de este calibre casi al final del villancico. Tal vez la inspiración le vino en medio de una gresca entre los parroquianos de una posada, o a lo mejor es una versión pícara y antojadiza. Por más malo que haya sido el tendero ese, el asesinato es algo que no sería muy bien visto allá arriba, y menos en una canción en su honor.

Lo cierto es que existe y esta vagando por colegios y redes sociales.

5. Vamos pastores, vamos


Hay cosas que pasan cuando reducimos la historia del hombre a unos pocos miles de años. Entre ellas el pensar que Jesús era como aquellos bebés que aparecen en los comerciales de pañales desechables.

"y bien cobijadito,

con un blanco pañal."

Si nos ponemos en el contexto del viaje de la sagrada familia a Belén, aun así no podremos ni imaginarnos las condiciones en que llegaron al establo en el que finalmente se les permitió pernoctar, probablemente a regañadientes por todo el ajetreo que provocaba el censo en aquella época.

Cuesta mucho imaginar que personas sin dinero para asegurarse un lugar mejor, pudieran llevar ropa blanca y menos lo que conocemos hoy como pañal, todo un lujo incluso hasta hoy.

Ni siquiera los pañales de tela de los años sesenta se acerca ni remotamente a lo que usaban los bebés recién nacidos en aquellas épocas de barbarie.

Sucede que los bebés y los niños han sido los ignorados de la historia humana, Muy poco se sabe de las condiciones en que vivían. De lo poco que se conoce es que en aquellos días lo que se acostumbraba era, o no ponerles nada debajo mas que mantas enterizas, o enrollarlos como fardos para impedir que se muevan. 

Lo más probable es que Jesús, si aceptamos que algo se ponía cuando oímos en otro villancico que la pareja se detuvo en un pequeño poblado a "lavar los pañales", estos podrían haber sido muy parecidos a lo usados en Egipto entonces: unos simples trapos, de los que hoy en día se conservan restos en museos de aquel país.

Con estos cinco ejemplos podemos apreciar hasta qué punto los villancicos navideños han ayudado a idealizar la natividad del Salvador, por un lado, manteniendo elementos grotescos o fuera de contexto, por otro.

En muchos casos, por crear situaciones tiernas en las que se representen el sacrifico, el amor y la divinidad se termina llenando de demasiados adornos una expresión musical que debería resaltar más el milagro del nacimiento del niño divino, el amor con que fue recibido a pesar de las tristes condiciones de su venida y de su tremenda influencia en los siguientes dos milenios de la historia de la humanidad.

Tal ve sea buena idea darles una revisada a todos y sugerir en los colegios y parroquias del vecindario que se hagan cambios. Sería un bonita manera de celebrar la navidad.


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